Luego de que uno ve el video llamado “Queridas futuras generaciones: Perdón” genera sus propias conclusiones e inquietudes con respecto al tema que está siendo tratado. En pocas palabras el video narra el impacto de la huella ecológica del hombre. El poder económico y el dominio están por encima de todo en este mundo en el que hoy habitamos, todo está ligado a la competencia y a innovadores métodos o formas que objetivizan la ganancia sin importar los efectos adversos que pueden generar en el medio ambiente.
Lo que el “rap” del video expresa es la cruda realidad, las riquezas más preciadas no son las que antes se encontraban y cuidaban en la naturaleza, hoy para conseguirlas se destruyen ecosistemas para fabricar papeles, simples papeles impresos considerados por el humano, totalmente valorables. Lamentablemente, el afán del hombre por llenarse los bolsillos supera toda escala, y los más débiles, los indefensos son los que salen perdiendo. Miles de especies desaparecen y otros centenares se suman a la lista negra de seres vivos en riesgo de extinción.
Cuando uno termina de ver el video, interpreta el profundo mensaje y el nivel caótico de la situación mundial y evidentemente piensa que es irreversible, que no vale la pena obrar para bien si es que ya está todo arruinado. Sin embargo, es acá donde el individualismo debería surgir como última alternativa de lucha. Yo creo que a pesar de que son, obviamente, extremas las circunstancias en las que dejamos al planeta, la predisposición se encuentra en cada uno para comenzar a revertir el proceso de “automutilación” que hemos permitido por años en este mundo. Y digo automutilación porque, aunque no muchos se den cuenta o lo ignoren, el hecho de dañar de tal forma al medio ambiente, termina por dañarnos a nosotros mismos y a nuestros futuros descendientes.
Muy Bueno Juli!
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